Es una de las cuatro categorías reconocidas como Mala Praxis. Se define como el descuido de precauciones y atenciones calificadas como necesarias, cuando a pesar de tener conocimiento no se aplica y se provoca daño.
Entre los factores que provocan una negligencia se encuentra la mala comunicación médico-paciente, mal interrogatorio y deficiente exploración física, mal uso de exámenes complementarios, mala prescripción, exceso de confianza, errores de escritura y lectura en recetas, ausencia de seguimiento e inadecuada historia clínica, cargas excesivas de trabajo en personal médico, demora en la atención; falta de recursos físicos, humanos y de equipamiento, así como incumplimiento de procesos de calidad.
En caso de sufrir una negligencia médica es importante denunciar ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED). La mala praxis médica es toda infracción cometida por parte del médico hacia el paciente. Frecuentemente se identifica a partir de uno o más errores justificados, por lo que implica culpa y responsabilidad de parte del doctor. La impericia (falta de capacidad y experiencia, al igual que de conocimientos técnicos y prácticos que devengan en daños), la impericia temeraria (sometimiento a riesgos innecesarios a causa de falta de conocimiento), el dolo (maquinación o artificio que tiene por intención dañar a otro) y la negligencia médica son los cuatro tipos existentes de mala praxis.
Con información de CONAMED.